Estaba revisando trabajos y exámenes, escuchaba música para amenar el rato y aleatoriamente suena la genial obra de Vivaldi, “Primavera”, hecho en el que cerré los ojos y vino a mí la imagen de la primavera con el despertar de la vida que origina, sin embargo no siempre es así, la primavera en algunas situaciones es la destructora de ecosistemas.
Se tiene la creencia por películas y dibujos animados extranjeros (países que no son tropicales como el nuestro), de que la triste y mal geniada estación llamada invierno apaga y dormita la vida, hasta que meses después aparece la primavera y enciende como luces navideñas la vida adormecida por el invierno.
¿Pero y si la realidad es otra? ¿Y si fuese al revés? ¿Y si las lucecitas se prenden en invierno y se apagan con el calor? La respuesta a todas estas preguntas tienen nombre “Lomas”, y de apellido, sólo en este caso, “Lúcumo”, pero existen muchos más.
¿Y qué es o que son las Lomas? Pues las lomas es un ecosistema especial, en el cual tiene un determinado periodo del año en el que vive.
La costa peruana en casi su totalidad, ojo con el casi a excepción de Tumbes y parte de Piura, es un árido desierto de escaza vegetación, donde la lluvia solo chapotea de vez en cuando y en mayor proporción en la zona norte, mientras que en la zona centro y sur, es muy esquiva.
Sin embargo durante el invierno, la corriente de Humboldt de aguas frías, actor protagonista de nuestro clima, nos saluda con su tétrica y densa neblina, que por cierto a mí me gusta, enfriando y humedeciendo las mañanas limeñas. Esta neblina que muchos odian, reniegan y hasta culpan de malograr planes y causar problemas de salud día a día, al llegar al desierto sucede lo increíble, lo mágico, la perfección de la naturaleza.
En aquel desierto sin agua, sin lluvias y sin plantas, la neblina la cubre y abraza con su humedad, penetrando la tierra y la vida se abre paso. Un manto verde “florece” gracias a la humedad, plantas arbustivas de poca altura dominan el paisaje e invitan a pequeños animales a habitarla, como aves, reptiles, mamíferos, moluscos entre otros.
Durante julio, Agosto, Setiembre y Octubre son los meses de explosión de vida, vale recalcar que en primavera este ecosistema empieza a “morir” y en verano desaparece por la falta de humedad y el fuerte sol.
Ahora que sabemos que son las Lomas, hablaré de una en particular, las “Lomas de Lúcumo”.
Estas Lomas están ubicadas al sur de la ciudad de Lima, en Pachacamác, a 1 hora aproximadamente del centro de Lima. Su nombre Lúcumo, es debido a que anterioridad dicho lugar era zona de lúcumas, pero que en ahora no hay.
Estas Lomas de Lúcumo, son sobrevivientes a la salvaje expansión urbana que a sufrido y sufre la ciudad de Lima, décadas atrás la ciudad contaba con más áreas pobladas de este ecosistema.
Creada y manejada por la municipalidad de Pachacamac, y los pobladores de la zona, las lómas de Lúcumo han sido catalogadas como “ACR” (área natural de conservación regional), lo que le da estatutos legales para su conservación y preservación en un marco de Lima región.
En estas Lomas de Lúcumo, los pobladores son los verdaderos actores de desarrollo, ellos trabajas para su desarrollo y conservación, haciendo tareas de limpieza, guiado y además ofrecen suculentos platos para complementar la oferta turística del lugar. Lo más destacable es que la comunidad no sólo conoce acerca de las Lomas, sino que está sensibilizada con la importancia que tiene, un ejemplo digno a seguir e imitar.
Para visitar y recorrer Las Lomas de Lúcumo, existen 2 rutas, la ruta corta de un aproximado de 3horas, y la ruta larga de un aproximado de 6horas, obviamente esto depende de la caminata.
En el recorrido apreciaremos plantas arbustivas, flores como la de amancaes, zapatito de bebé, y en fauna destaca el caracol, lagartijas, muchas aves pero cuenta con una protagonista especial el El Turtupilín, cernícalos; zorros costeros, entre otros. Además formaciones rocosas de singular figura debido a la erosión del ambiente.
Personalmente recomiendo la ruta larga. Realicé junto a mis alumnos y colegas esta ruta de noche. A las 9 y pico de la noche llegamos a Pachacamac e iniciamos el recorrido. La neblina nos envolvió mucho y limitó el campo de vista, lo que separarnos era un peligro latente. La humedad se condensaba en la ropa, piedras y plantas, animando el recorrido, ya que muchos terminaron en el suelo resbalándose jaja.
Durante 02 horas aproximadas de caminata, los mas sufridos son aquellos lentos, y no me refiero a mis alumnos jeje, sino a los caracoles que son pisados y sus crujidos generan entre culpas y risas.
Llegamos a la zona de campamento, junto con la neblina acaparando todo, al amanecer el panorama deleita los ojos e invita a la reflexión, de arrancar por la noche en un desierto ahora nos encontramos y apreciamos un manto verde que cubre todo lo que vemos, el cantar de las aves, neblina por ratos, soleado por otros. La naturaleza sabe como sorprendernos, nos regala muchas maravillas, debemos cuidarla, no es difícil si hay conocimiento y sensibilización.
Luego de terminar de levantar carpas, empezamos el recorrido y vamos a una pequeña y divertida cueva, formada por grandes rocas, luego un mirador en el que apreciamos la magnitud y belleza de las Lomas de Lúcumo, el pueblo de Pachacamac y hasta la playa.
Dos horas mas de caminata entre flores y plantas y ya estamos de regreso en Pachacamac, donde se recomienda una buena comida para reponer energías y deleitar el alma.
Para visitar las Lomas de Lúcumo, se recomienda si es que se acampa, bolsas plásticas para la base de la carpa por la humedad, linternas, corta viento o impermeable.
Además llevar ropa ligera y gorro, pues el sol suele relucir en las mañanas.
Agua para hidratarse durante la caminata.
En cuanto a los precios es por grupo (se recomienda un número de 10 a 15 personas para no afectar el suelo, la flora, la fauna y poder disfrutar de un mejor recorrido), 25 nuevos soles la ruta corta, 35 nuevos soles la ruta larga, en la que está incluido el guiado. Una verdadera ganga para lo que aprenderemos y disfrutaremos.
Para el próximo invierno en vez de renegar por la neblina, visitemos las Lomas de Lúcumo, aprendamos de ellas, cuidémoslas y apoyemos a la comunidad con esta alternativa de turismo, en busca del desarrollo sostenible del pueblo.
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